viernes, 10 de diciembre de 2010

CONTAMINACIÓN VISUAL

¿QUE ES LA CONTAMINACION VISUAL?

ANTECEDENTES

La contaminación puede manifestarse de diferentes formas: ruidos molestos, gases tóxicos, ríos con aguas residuales y basura acumulada en las esquinas, son algunas de ellas. Existe otro tipo de contaminación llamada visual, porque es percibida a través del sentido de la vista.
Definimos la contaminación visual, por sus efectos en tres niveles:
  • Estético-paisajístico: por degradación de la calidad del entorno.
  • Psico - activo: por sobre estimulación, produciendo estrés por sobrecarga informativa y fatiga cognoscitiva.
  • En la seguridad vial: por desconcentración de la atención.

Si se tiene en cuenta que en el Siglo XXI, más del cincuenta por ciento de la población del mundo, vive en las ciudades, se entiende la necesidad de que el desarrollo espectacular de ellas, debe evolucionar de modo satisfactorio para el conjunto de sus habitantes, para que ellos puedan lograr una mejor calidad de vida.
Es de resaltar que a nivel municipal es exiguo el interés por el estudio de los temas sobre la contaminación y en forma especifica de la contaminación visual, ya que actualmente son otros los temas que preocupan tanto a las instituciones privadas como al ente gubernamental. Pero con todo se debe mencionar que la alcaldía municipal de Pasto, a través de su Secretaría de Medio Ambiente desde el año 2001 hasta el año 2003 ha diseñado un estructurado Plan de Gestión Ambiental (PGA) el cual desarrolla un amplio y dilatado diagnostico de la problemática ambiental en la parte urbana y rural de dicho municipio. Información que es de gran importancia aun dada su grado de generalidad1.



CARACTERISTICAS DE LA CONTAMINACION VISUAL

Entre las causas más frecuentes de contaminación visual tenemos:
  • Exceso de avisos luminosos e informativos
  • Exceso de avisos publicitarios
  • Exceso de mensajes masivos de los mas-media
  • Edificaciones y distorsionadores en paisajes naturales que ahuyentan a la vida silvestre y al ser humano
  • Vehículos en las vías públicas
Los contaminantes visuales son un importante factor de distracción para los conductores de automotores y para peatones, incrementando las probabilidades de accidentes. Finalmente puede haber graves efectos en la salud física (por ejemplo, accidentes) y psíquica (por ejemplo, estrés).

Las distorsiones en el paisaje pueden causar una contaminación de tipo lumínica, lo que impide una `correcta' lectura del paisaje urbano.
En las principales ciudades del mundo la PEV se está volviendo cada vez más restringida a Zonas industriales, a algunas carreteras siempre y cuando no distraigan a los conductores
Para recabar información sobre el tema, se recurre a material de corte técnico, como también a enfoques doctrinarios y jurisprudenciales al problema de la polución urbana y a artículos periodísticos referidos a la contaminación visual.
Se considera que existen problemáticas ambientales cuando a partir de la relación entre la sociedad y el medio físico se generan -ya sea en forma directa o indirecta - consecuencias negativas para la calidad de vida de la población presente o futura. Estas problemáticas dan origen al daño ambiental, que es definido como "la alteración, pérdida, disminución o menoscabo significativo que directa o indirectamente afecta o puede afectar en forma inmediata o mediata el derecho al ambiente o a uno o más de sus componentes". 3
La contaminación visual en el ámbito urbano surge a partir de la evolución natural de los medios de comunicación, especialmente de índole comercial, en una sociedad con un régimen económico de competencia, donde poco a poco y de manera desordenada los mensajes publicitarios se van multiplicando, superponiendo, hasta alcanzar una manifestación caótica y saturada de los objetos visuales, que se reflejan en el espacio público.
Se entiende por contaminación la alteración del ambiente sano con sustancias o formas de energía puesta en el, por la actividad humana o de la naturaleza, en cantidades, concentraciones o niveles capaces de interferir el bienestar y la salud de las personas, atentar contra la flora y la fauna, degradar la calidad del ambiente, de los recursos de la nación o de los particulares.
De esta definición se infiere que es contaminante cualquier elemento, combinación de elementos o formas de energía que actual o potencialmente pueda producir alteración ambiental. En consecuencia, podemos decir que la contaminación visual es la alteración del paisaje causada por elementos, introducidos o generados por la actividad humana o de la naturaleza, que rompen el equilibrio del individuo con su medio, produciendo estímulos negativos perjudiciales.

La contaminación visual es siempre un elemento que afecta el paisaje, y de la que inclusive se afirma que afecta la salud mental y física y hasta la seguridad de las personas4.
La colocación de elementos publicitarios en el espacio público "deviene en una saturación que provoca una fuerte contaminación visual, además de aportar una serie de elementos físicos que se agrega a los ya existentes (árboles, señales de tránsito, columnas de iluminación, etc.) que terminan conformando un plano virtual sobre la línea del cordón que impide apreciar las fachadas, además de constituir una barrera de elementos que dificultan el desplazamiento peatonal. Este hecho es doblemente perjudicial, especialmente en zonas donde existen edificios de alto valor patrimonial e histórico."
La contaminación visual publicitaria se agrava en tiempos de crisis económica, donde el achicamiento del mercado y la pelea por ganar espacios publicitarios conlleva la proliferación de anuncios ilegales y el abuso de la normativa vigente. También constituyen un fuerte foco de contaminación visual las campañas políticas, principalmente cuando los anuncios se colocan en lugares prohibidos.
El fenómeno, consecuencia de la economía de libre mercado y su feroz competencia, tiene la característica de no ser transmitido por ningún vector; su influjo se traslada directamente desde el origen hacia el habitante, produciéndole efectos perturbadores que lo afectan
El problema se manifiesta principalmente a través de avisos y carteles que invaden hasta los rincones más inaccesibles, de todos los colores y formas imaginables, constituyendo potenciales riesgos para los ciudadanos que por ahí habitan o transitan.
Estos avisos y carteles producen diversos trastornos: en primer lugar, alteran el paisaje natural de la ciudad y deterioran su imagen, que queda escondida entre luces de neón y ofertas de productos variados.


Además, sobre-estimulan a quien los percibe, que se ve sumergido en un mar de anuncios de todo tipo. Y por último, en cuanto a la seguridad, ya que desconcentran la atención de los automovilistas y favorecen la posibilidad de accidentes de tránsito. 5
La lógica indica que esos carteles son puestos para ser leídos por los transeúntes y automovilistas, y su lectura obliga a restarle atención a la actividad que estén realizando. El peligro se multiplica cuando ello ocurre en una vía rápida, sobre todo cuando es en estas arterias donde, debido al alto grado de circulación vehicular, y por lo tanto, de potenciales consumidores, tienden a proliferar los nocivos anuncios publicitarios.
La publicidad exterior visual, es un medio masivo de comunicación destinada a informar ó llamar la atención del público a través de elementos visuales como leyendas, inscripciones, dibujos, signos ó similares, visibles en el espacio público.
La publicidad exterior visual, además de informar, tiene el objetivo de modificar el comportamiento (hábitos de consumo) de quien la ve. Las personas en general están expuestas a la publicidad exterior visual, aun cuando no haya conciencia sobre ese hecho. Vale la pena es este punto diferenciar dos conceptos cuyos limites son difusos: el primero es la información sobre lo que ocurre en un establecimiento; en el otro extremo esta la publicidad, que en su concepción mas simplista no tiene nada que ver con el paisaje ni con el entorno urbano y obedece al interés comercial de una firma en lograr modificar los hábitos de consumo de los transeúntes.

COMO AFECTA LA CONTAMINACION VISUAL AL SER HUMANO


La contaminación visual puede perjudicar la salud humana, atentar contra los recursos naturales o afectar el ambiente en general, por el cambio o desequilibrio del paisaje, ya sea natural o artificial, que afecta las condiciones de vida y las funciones vitales de los seres vivientes.
La contaminación visual afecta al sistema nervioso central. El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de datos. Los sentidos transmiten al cerebro la información que perciben del entorno. El ojo es tal vez el que mayor incidencia tiene en la percepción global del entorno y en las reacciones psicofísicas del ser humano.
Si una imagen supera el máximo de información que el cerebro puede asimilar se produce un estrés visual: el panorama perceptual se vuelve caótico y la lectura ordenada del paisaje se hace casi imposible. Y lo contrario, cuando la riqueza de la imagen no alcanza un mínimo de información la atención decae y los reflejos se insensibilizan. Según esto, la complejidad visual es un proceso que oscila entre el desorden y la monotonía perceptual; el equilibrio se mide cualitativamente, casi de una manera subjetiva.
Antes de determinar si algo contamina o no visualmente el entorno hay que considerar que el paisaje urbano es un medio ambiente antrópico, es decir, ha sido `inventado' por el ser humano. Sin embargo, desde el punto de vista del impacto visual es interesante tener en cuenta que si algo altera significativamente la salud humana, ya no es tan bueno.

REFERENCIA SITUACIONAL DE LA CONTAMINACION VISUAL A NIVEL MUNDIAL


El paso de las pequeñas poblaciones rurales a las grandes ciudades tentaculares que se produce en el contexto de la Época de las Revoluciones, (siglo XVII), supone para el planeta el surgimiento de los primeros problemas de contaminación por sobre-explotación de recursos y por concentración de personas en un mismo territorio.
El sistema de producción en cadena y la concentración de capital y de fábricas durante la Revolución Industrial alimentada por los vientos del liberalismo y la sociedad del bienestar, formaron el marco adecuado para los primeros excesos consumistas, cuyos ciudadanos, impulsados por el camino que les marcaban los medios de comunicación, se lanzaron a la loca carrera de poseer más y más objetos con la consabida consecuencia medioambiental: la contaminación atmosférica y la destrucción progresiva del planeta.
En los años 80 de la década pasada, fueron los ecologistas los que dieron la voz de alarma, y tras varios años de problemas severos de falta de audición, los políticos empezaron a incluir en sus discursos el siempre recurrente asunto de la protección del medio ambiente.
Sin embargo, aunque se ha conseguido poco ya que los pasos dados para resolver algo hasta ahora han sido muy difundidos pero nada resolutorios: la conferencia de Río de Janeiro, el protocolo de Kyoto, etc., pero por lo menos se ha logrado que la ciudadanía esté concientizada sobre el problema medioambiental.
Unas décadas más tarde y como consecuencia de un paso más en la evolución de la concientización ciudadana, promovida por los movimientos sociales (de los que posteriormente se apropia la clase política), en las grandes concentraciones urbanas se comienza a hablar del ruido como un problema que llega a afectar al bienestar del ser humano. Rápidamente se establece un paralelismo entre las consecuencias atmosféricas del modo de vida en las grandes urbes: el uso del automóvil, uso de la calefacción, generación de energía eléctrica, etc.; y sus consecuencias acústicas, es decir, el sonido que produce el modo de vida de la sociedad de consumo: motores, claxon, locales de ocio, etc.
Esta evolución del ser humano en la generación de diversos tipos de contaminación por un lado, y por otro, en la toma de conciencia sobre los efectos negativos que produce, nos llevan a un concepto algo menos difundido por su gran impacto negativo y sobre todo por el interés en ocultarlo de los “responsables contaminantes”, que son, principalmente los grandes fabricantes y los publicistas, y en segundo lugar los medios de comunicación y las instituciones públicas. Se trata de la “contaminación visual” que se podría definir como aquellos elementos que ensucian nuestro espectro visual con un interés claramente de rentabilidad económica a costa del terrible deterioro que se produce en la calidad de vida humana.
La sociedad es sensible a la contaminación ambiental sin embargo, la contaminación visual se encuentra todavía en un nivel menos consciente, de forma que la mayor parte de la población no sólo no es consciente de sus efectos perversos sino que además niega su existencia como si se tratase de una broma o exageración.
Primero, las ciudades transformaron el paisaje natural en un conglomerado de asfalto y cemento. Después las grandes empresas y los publicistas se encargaron de contaminarlo con sus "emisiones mentales".
Las grandes ciudades se han convertido en territorios ocupados por las instituciones públicas y las grandes empresas que se han lanzado a una enloquecida lucha por situar su mensaje por encima de cualquier otro. La sobrecarga de estímulos visuales sin límites ha deteriorado sensiblemente la vida en el medio urbano.
Aunque la globalización ha exportado la contaminación visual por encima de barreras políticas y naturales, la población mundial no reacciona de igual forma ante el abuso de las multinacionales. En nuestra cultura, la propagación de la publicidad se ha venido realizando desde sus inicios, por lo que no genera rechazo, ni siquiera curiosidad por parte de los ciudadanos. Sin embargo, en lugares remotos, o se admira o se rechaza.


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